Comprensión lectora:
La casa del Sol y la Luna
De un antiguo mito de
África
Cuenta el mito, que hace miles de años el Sol
y la Luna se llevaban tan bien, que un día tomaron la decisión de vivir juntos.
Construyeron una casa espaciosa, bonita y muy cómoda, e iniciaron una tranquila
vida en común.
Un día, el Sol le comentó a la Luna:
– Había pensado invitar a nuestro amigo el
Océano. Nos conocemos desde el principio de los tiempos y me gustaría que
viniera a visitarnos ¿Qué opinas?
– ¡Es una idea fantástica! Así podrá conocer
nuestra casa y pasar una tarde con nosotros.
Al Sol le faltó tiempo para ir en busca de su
querido y admirado colega, con quien tantas cosas habían compartido durante
miles de años.
– ¡Hola! He venido a verte porque la Luna y yo
queremos invitarte a nuestra casa.
– ¡Oh, muchas gracias, amigo Sol! Te lo
agradezco de corazón, pero me temo que eso no va a ser posible.
– ¿No? ¿Acaso no te apetece pasar un rato en
buena compañía? Además, estoy seguro de que nuestra nueva casa te encantará ¡Si
vieras lo bonita que ha quedado!…
– No, descuida, no es eso. El problema es mi
tamaño ¿Te has fijado bien? Soy tan grande que no quepo en ningún sitio.
– ¡No te preocupes! Dentro está todo unido
porque no hay paredes, así que cabes perfectamente ¡Ven, por favor, que nos
hace mucha ilusión!…
– Bueno, está bien… Mañana a primera hora me
paso a veros.
– ¡Estupendo! Contamos contigo después del
amanecer.
Al día siguiente, el Océano se presentó
a la hora acordada en casa de sus buenos amigos. La verdad es que desde fuera
la casa parecía realmente grande, pero aun así, le daba apuro entrar. Tímidamente
llamó a la puerta y el Sol y la Luna salieron a recibirle. Ella, con una
sonrisa de oreja a oreja, se adelantó unos pasos.
– ¡Bienvenido a nuestro hogar! Entra, no te
quedes ahí fuera.
Abrieron la puerta de par en par y el Océano
comenzó a invadir el recibidor. En pocos segundos, había inundado la mitad de
la casa. El Sol y la Luna tuvieron que elevarse hacia lo alto, pues el agua les
alcanzó a la altura de la cintura.
– ¡Me parece que no voy a caber! Será mejor
que dé media vuelta y me vaya, chicos.
Pero la Luna insistió en que podía hacerlo.
– ¡Ni se te ocurra, hay sitio suficiente!
¡Pasa, pasa!
El Océano siguió fluyendo y fluyendo hacia
adentro. La casa era gigantesca, pero el Océano lo era mucho más. En poco
tiempo, el agua comenzó a salir por puertas y ventanas, al tiempo que alcanzaba
la claraboya del tejado. Sus amigos siguieron ascendiendo a medida que el agua
lo cubría todo. El Océano se sintió bastante avergonzado.
– Les advertí que mi tamaño es descomunal…
¿Quieren que siga pasando?
El Sol y la Luna siempre cumplían su palabra:
le habían invitado y ahora no iban a echarse atrás.
– ¡Claro, amigo! Entra sin miedo.
El Océano, por fin, pasó por completo. La casa
se llenó de tanta agua, que el Sol y la Luna se vieron obligados a subir
todavía más para no ahogarse. Sin darse apenas cuenta, llegaron hasta cielo.
La casa fue engullida por el Océano y no quedó
ni rastro de ella. Desde el firmamento, gritaron a su buen amigo que le
regalaban el inmenso terreno que había ocupado. Ellos, por su parte, habían
descubierto que el cielo era un lugar muy interesante porque había muchos
planetas y estrellas con quienes tenían bastantes cosas en común. De mutuo
acuerdo, decidieron quedarse a vivir allí arriba para siempre.
Desde ese día, el Océano ocupa una gran parte
de nuestro planeta y el Sol y la Luna lo vigilan todo desde el cielo.
Comprueba tu aprendizaje:
1.- ¿Por qué el Sol y la Luna, viven en el
cielo?
2.- ¿Por qué el Océano no quería aceptar la
invitación que le hizo el Sol?
3.- ¿Qué pasó con la casa del Sol y la Luna?
4.- Este mito enseña el origen de __________
5.- De donde proviene este mito.
Área: Lengua y Literatura.
Tema: La oración y sus partes.
La oración es una idea completa, con sentido,
que puede estar formada por una palabra
o varias; ejemplo:
a) ¡Silencio¡= es una oración, de una palabra (unimembre),
que da una orden.
b) ¡Por
favor guarden silencio¡ = es una oración formada por varias palabras (bimembre).
Partes de la oración.
Sujeto: es la persona,
animal o cosa de quien se habla en la oración y realizan la acción en la
oración; ejemplos:
a) Nevado, el perro de Bolívar, murió en la batalla de
Carabobo.
Sujeto:
Nevado (perro de Bolívar).
b) Simón Bolívar, lideró la batalla
de Carabobo, por el bando de los Patriotas.
Sujeto: Simón Bolívar.
c) El Araguaney,
es árbol nacional de Venezuela.
Sujeto: El Araguaney.
El predicado.
Es
todo lo que se dice del sujeto en la oración,
el verbo (indica acción) es la parte de mayor importancia en el predicado;
ejemplo:
a) María compró: Carne, aceite y verduras.
Sujeto: María.
Predicado: Compró: carne,
aceite y verduras.
Verbo: Compró.
Verbos.
Los verbos son aquellas palabras que se utilizan para expresar acciones, estados, actitudes, condiciones, sucesos de la naturaleza o existencia. Por ejemplo: reír, caer, ser…
Actividades a realizar.
2.- De la lectura de hoy, extrae tres
oraciones y subraya en rojo el sujeto y en azul el predicado.
3.-
- Caligrafía: El único modo de
hacer un gran trabajo es amar lo que haces - Steve Jobs
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