jueves, 15 de octubre de 2020

Comprensión Lectora



Lunes, 26 de octubre del 2020.

Área: Lengua y Literatura

Comprensión lectora:





 

 

Origen de los juguetes

   Todos los niños del mundo tienen una cosa en común: ¡adoran jugar!

   Hoy en día, gracias al avance de la tecnología, existe una gran variedad de juguetes y  aparatos como tabletas, consolas o pequeños robots que a veces ni los adultos sabemos manejar. Como te puedes imaginar, esto no siempre ha sido así.

   ¿Alguna vez te has parado a pensar con que se divertían los niños que vivieron en la Prehistoria? La verdad es que no se sabe con seguridad, pero probablemente se lo pasaban genial haciendo cosas muy simples como tirar al aire o al río pequeñas piedras y palitos que encontraban por el campo.

   Así fue durante miles de años hasta que los primitivos humanos aprendieron a crear objetos sencillos con sus propias manos, utilizando  materiales que tenían a su alcance. Los primeros juguetes, por tanto, eran muy básicos y fabricados con huesos de animales: las tabas y las canicas. 

   Poco a poco los juguetes fueron evolucionando y haciéndose más complejos. En el Antiguo Egipto, por ejemplo, eran muy populares las muñecas de madera con forma humana o animal, pintadas con colores llamativos. Otro juguete estrella eran las pelotas, también de madera, arcilla o papiro.

   La primera pelota de cuero apareció hace unos 2400 años en China y fue idea de un emperador al que se le ocurrió apelmazar unas cuantas raíces secas, recubrirlas con piel de animal, y darle forma de esfera.

   Canicas, pelotas, muñecas… ¿A que a pesar de ser muy antiguos todos estos juguetes siguen siendo fantásticos? Bueno, pues hay muchos más que existen desde tiempos remotos: los bolos, la peonza, el yoyó…


ACTIVIDADES:

 

1.- ¿Cuál es tu juguete favorito?

2.- ¿Qué regalo deseas para Navidad?

3.- ¿Cuál era el juguete favorito de tu mamá?

4.- De los juegos de antes, ¿Cuál te gustaría practicar?


 



Martes, 27 de octubre del 2020.

Comprensión lectora

El reloj






 

   De aquel reloj, con forma de caseta para pájaros, cada dos por tres salía un pequeño cuco, un ruidoso animal que me recordaba a una paloma. Por supuesto, el animal era de mentira y el ruido que emitía era una grabación que se repetía cada vez que el reloj marcaba las horas en punto.

   Para ser sinceros, no me gustaba. Me recordaba los usurpadores que son los cucos reales, al poner sus huevos en nidos que no son suyos. Así, otros pájaros cuidan y alimentan a su polluelo sin que ellos den un palo al agua.

   Algo parecido sucedía con mi tía, que dejaba a su hijo con frecuencia en mi casa.

   Cuando era pequeño me molestaba compartir mis juguetes, mi habitación e incluso la comida con mi primo; pero ahora he aprendido que, además, comparto juegos, amistad, risas y conversaciones con él. Y me encanta que venga a casa.

 

ACTIVIDADES:

1.- ¿Qué antivalor, se corrige en la historia?

2.- ¿Qué opinas de la actuación de los pájaros cucos?

3.- ¿Qué le molestaba al niño de la historia?




Miércoles, 28 de octubre del 2020.

Comprensión lectora

La hallaca

   La hallaca es un plato tradicional navideño en Venezuela y se ha convertido en una comida típica como la arepa, el pabellón criollo y el asado negro.

   El origen de la hallaca se remonta entre el siglo XV y fue creada por los sirvientes indígenas, que recogían los sobras de comida y elaboraban un plato que les servía de alimento extra a sus comidas habituales.

   Existe otra versión que cuando se estaban construyendo el Camino real por los indios. Estos últimos comían bollos de maíz y le pedían a las familias caraqueñas, que donarán las sobras de comida a los indígenas, para que estos lo añadieran a sus comidas.

   De esta manera, se originó el platillo que cada año se sirve en las mesas venezolanas durante la época de navidad.

   La hallaca es muy similar al popular tamal mexicano, pero la diferencia entre ambos en el sabor particular de cada uno. Y su nombre proviene del guaraní “ayúa” o “ayuar”, que significa mezclar o revolver.

ACTIVIDADES:

1.- ¿Qué tipo de mezclas se realizan para hacer la hallaca?

2.- ¿Cuál es el origen de la hallaca?

3.- Explica: Como se realiza una hallaca (con ayuda de mamá)




Jueves, 29 de octubre del 2020.

Comprensión lectora

La Gaita

   Existen canciones que poseen la capacidad de transportarnos a un lugar o a una fecha determinada. Sin duda alguna las Gaitas lo hacen. Con el tiempo se han convertido en famosas melodías que le indican al venezolano que las fiestas navideñas han llegado. Representan una mezcla musical de ritmos ibéricos, negros y autóctonos del estado Zulia. Se cree que esta música nació a orillas del Lago de Maracaibo, por ello su gran popularidad en la ciudad del sol amado.

Su origen

   Poco se sabe sobre este tema, ya que no ha sido establecido con exactitud. Se remonta a las primeras décadas del siglo XIX, cuando nació de las inquietudes republicanas del pueblo, según lo demuestran los patrióticos cantos pascuales dedicados a Ana María Campos, heroína en la Guerra de independencia.

Se comenta que el barrio El Empedrado de Maracaibo fue protagonista en el nacimiento de estos ritmos, pues se le rendía culto a Santa Lucía a través de ellos. Perdieron su carácter religioso cuando la parroquia estuvo al mando del Padre José Tomás Urdaneta, quien sacó del templo a los gaiteros.

Otras teorías afirman que el origen principal de este género proviene de España, y con el tiempo surgieron dos tendencias: las gaitas maracaiberas y las gaitas negras.

ACTIVIDADES:

1.- ¿Cuál es tu gaita favorita?

2.- ¿Dónde se cree que se originó la gaita?

3.- ¿Quién fue Ana María Campos?



 







Viernes, 30 de octubre del 2020.

Comprensión lectora

 El mago Houdini







Una de las experiencias más divertidas que puedes vivir a tu edad es asistir a un espectáculo de magia. Te aseguro que, desde el principio hasta el final, el mago será capaz de hacerte creer que en el mundo de la fantasía todo es posible, gracias a su gran habilidad y unos trucos increíbles.

A lo mejor no sabes que el mago más famoso de todos los tiempos vivió hace muchos años y se llamaba Harry Houdini. Este gran artista, nacido en 1874, era de un país de Europa llamado Hungría, si bien a los cuatro años de edad se fue con su familia a Estados Unidos en busca de una vida mejor.

Desde muy pequeño Houdini se sintió atraído por el mundo del ilusionismo, y a medida que fue creciendo, trabajó muy duro para lograr su objetivo: ¡convertirse en el mejor mago del planeta! Por cierto, su verdadero nombre era Erik Weisz, pero lo cambió por Harry Houdini porque le pareció que sonaba más exótico y glamuroso para un artista de alto nivel.

Houdini amaba la magia en general, pero lo que realmente le apasionaba y convirtió en su especialidad fue el escapismo, es decir, los números en los que tenía que salir vivo de situaciones de las que parecía completamente imposible escapar. 

Uno de sus números más famosos consistía en que era atado con cuerdas, con esposas o con una camisa de fuerza; después, ante la mirada atónita de todo el público, pedía que le encerraran con llave en un baúl. Se corrían unas cortinas y asombrosamente, en cuestión de segundos y supuestamente sin ayuda de nadie, conseguía liberarse y aparecer tan campante sobre el escenario ¡Los aplausos del público estaban asegurados!

Para lograr estas proezas tan complicadas entrenaba durante años, una y otra vez, hasta que le salían bien. Al final conseguía tal grado de perfección que nadie se daba cuenta de dónde estaba el engaño.

Sus admiradores esperaban cada nuevo reto con impaciencia y emoción porque sabían que sería aún más loco y arriesgado que el anterior. La prensa también publicaba sus hazañas, así que se convirtió en un personaje muy popular a nivel internacional.

Desgraciadamente, el gran Houdini falleció siendo bastante joven, en 1926, a los 52 años de edad. Hoy en día, está considerado un mito en el mundo de la magia y el ilusionismo.

 

ACTIVIDADES:

1.- Si fueras un mago ¿Qué  desaparecerías?

2.- ¿Quién era Harry Houdini?

3.- ¿Qué opinas de estas personas que alcanzan la fama?

4.- ¿En qué te gustaría destacarte?




 





Viernes, 23 de octubre del 2020


Adaptación del cuento popular de Japón

 

Érase una vez dos ancianos japoneses que vivían en una casita humilde y pasaban muchas necesidades. Se ganaban la vida vendiendo, a duras penas, sencillos sombreros de paja que  fabricaban con sus propias manos. Tan pobres eran que llegó el día de Fin de Año y no tenían dinero para comprar algo especial para cenar y celebrar una fecha tan señalada.

Esa mañana, el abuelito le dijo a su mujer:

– Querida, hoy es el último día del año y voy a ir al pueblo a ver si consigo vender algo. Con las monedas que gane,  traeré comida para esta noche ¡Te compraré las bolitas de arroz que tanto te gustan!

– Muy bien, querido ¡Me encantaría festejar el Fin de Año como se merece la ocasión!

El hombre metió cinco sombreros en una bolsa y salió de casa. Cuando llegó a la plaza del mercado, gritó con ganas para que todo el mundo pudiera oírle:

– ¡Vendo sombreros de paja! ¡Sombreros de paja! ¿Alguien me compra alguno?

A pesar de que había bastante bullicio, nadie se interesó por su mercancía. Al cabo de varias horas el hombre se dio por vencido. La suerte no estaba de su parte. Decidió regresar a casa con los cinco sombreros a cuestas y muy triste por la decepción de llevar los bolsillos vacíos. ¡Qué pena no poder comprarle las ricas bolas de arroz a su amada esposa!

Una gran nevada le sorprendió durante el camino de vuelta. El frío era intenso y no se veía gente por ninguna parte. Las ráfagas de aire le lanzaban copos a la cara y su barba empezaba a congelarse. El campo se volvió totalmente blanco y le resultaba raro ver cómo las huellas que dejaban sus pies enseguida desaparecían bajo la nieve.

A mitad del trayecto, a pesar de que la ventisca cegaba sus ojos, pudo divisar a lo lejos  seis estatuas de piedra que representaban  seis dioses. Los Jizos, que así es como se conocen en Japón estas esculturas, tenían las cabezas cubiertas de nieve. El anciano, hombre bueno y generoso, se conmovió.

– ¡Qué penita, pobres Jizos! Tienen que estar pasando muchísimo frío.

A paso lento por la fuerza del viento,  se acercó y les fue retirando  la nieve que tenían encima ¡Casi se le congelan los dedos en el intento!

 Las estatuas permanecían impasibles con la mirada clavada en el infinito, pero el anciano les habló con dulzura.

– Así estaréis mejor. Y ahora, por favor, aceptad este regalo.

Con dificultad, abrió la bolsa y sacó los cinco sombreros de paja. A cada estatua le puso uno sobre la cabeza pero no tenía suficientes para todas ¿Qué podía hacer? ¡No iba a dejar a una estatua sin sombrero! Sabía que si se desprendía del suyo, llegaría a casa calado hasta los huesos, pero no lo dudó: se echó las manos a la cabeza, se quitó su propio sombrero y se lo colocó al sexto Jizo. Después, agitó la mano para despedirse y continuó el camino de vuelta a su casa.

Cuando llegó era muy  tarde y su mujer salió a recibirle. Como es lógico, se quedó muy sorprendida  al ver que llegaba con la cabeza al descubierto.

– Pero hombre… ¿Cómo vienes sin sombrero con el frío que hace? ¡Vas a enfermar!

El anciano le contó que como no había vendido los sombreros se los había regalado todos, incluido el suyo, a los seis Jizos del camino para que no pasaran frío. Después, bajando la mirada con tristeza, le dijo:

– Lo único que siento  es  no haber podido comprar las bolitas de arroz que tanto te gustan.

Su esposa le abrazó amorosamente.

– No te preocupes por eso, querido. Estoy orgullosa de ti y de tu gran generosidad.  Seremos igual de felices sin esas bolitas y nos apañaremos con cualquier cosa para cenar.

El hombre se desnudó, se dio un baño bien caliente y se puso ropa seca. Después, tomaron juntos un poco de consomé y se sentaron al calor del fuego de la chimenea. Ya era de noche cuando oyeron unos ruidos muy extraños. Se cubrieron con una vieja colcha y se acercaron a la entrada.

Lo que vieron sus ojos al abrir la puerta fue el mayor regalo de su vida. Sobre la nieve, había montones de paquetes llenos de comida, dulces, mantas,  ropa y utensilios para la casa. Colgada en uno de ellos, había una nota donde se podía leer:

“Con esto podréis celebrar la noche de Fin de Año y tendréis provisiones para muchos meses. Gracias por quitarnos la nieve y por los hermosos sombreros de paja. Os deseamos mucha felicidad”.

Se dieron cuenta de que era un regalo de los Jizos para agradecer lo bien que el anciano se había portado con ellos. El hombre, emocionado, le dijo a su mujer:

– Me había equivocado… Parece que la suerte sí está hoy de nuestra parte.

Sonriendo, metieron todos los paquetes en la casa y pasaron el mejor Fin de Año de sus vidas.

 

AHORA RESPONDO:


1.- ¿Qué son los Jizos?

2.- ¿Por qué es premiado el anciano?

3.- ¿De dónde es esta historia?

4.- Aquí en Venezuela, ¿con que compararías a los Jizos?


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